¿Tu conexión a Internet está perjudicando a tu negocio?

¿Tu conexión a Internet está perjudicando a tu negocio?

Elegir el método de conectividad en la nube adecuado puede hacer que tu negocio sea un éxito. Así pues, ¿deberías evitar el uso de Internet, o aún puede ser útil en tu red en la nube?

Los servicios basados en la nube son fundamentales para muchos negocios, pues ofrecen a los empleados una oficina virtual y la flexibilidad necesaria para conectarse desde cualquier lugar y en cualquier momento. Sin embargo, a medida que crece la interconectividad digital, la cuestión ya no es tanto por qué deberías incorporar soluciones basadas en la nube a tu negocio, sino más bien qué tipo de conectividad basada en la nube deberías usar.

Las redes en la nube y los métodos de conectividad públicos (es decir, la red pública de Internet) son formas muy populares y sencillas de conectarte con las cargas de trabajo de tu negocio, y por eso muchas empresas recurren a ellas. Pero ¿son necesariamente la opción adecuada para tu negocio?

Redes públicas frente a redes privadas

En primer lugar, veamos en qué se diferencian exactamente la conectividad pública y la privada. Una red de nube privada es, como su propio nombre indica, privada, y no se comparte con ninguna otra organización. Todos los recursos informáticos y los métodos de conectividad con sus servicios de nube privada se ofrecen a través de una red privada segura, y están dedicados al uso de un solo negocio.

Las organizaciones más grandes pueden crear una arquitectura y usar su propia red, con bastidores de centros de datos y todo lo necesario; sin embargo, para la mayoría de los negocios, aprovechar una capa de red privada ya existente a través de un proveedor de red como servicio (NaaS) es una opción mucho más flexible y asequible.

Por otra parte, una red de nube pública incluye el uso de plataformas en la nube y métodos de conectividad que se basan en la red pública de Internet, es decir, que se comparten entre diferentes clientes o empresas. Y aunque los datos y las aplicaciones están ocultos para otros clientes, no están protegidos.

A primera vista, las redes de nube pública parecen rentables y fáciles de aprovisionar. Sin embargo, existen diversos motivos por los que no deberías confiar únicamente en la red pública de Internet para apuntalar la conectividad de tu negocio.

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Desventajas de la red pública de Internet

Seguridad comprometida

Una de las mayores preocupaciones que tienen las empresas en lo relativo a la nube es la seguridad. Por lo general, la nube es segura: de hecho, toda su existencia depende de garantizar un entorno seguro. Sin embargo, esto no impide que hackers y cibercriminales se infiltren en nubes públicas y rutas de conectividad mucho más fácilmente que en las conexiones privadas.

En un panorama empresarial nativo de la nube, las plataformas en la nube manejan una gran cantidad de información personal y financiera. Sin embargo, cuando los datos tienen que atravesar redes públicas, necesitan tomar más rutas de sistemas autónomos (AS), quedando así expuestos durante más tiempo. Y, sin cifrado de extremo a extremo ni capacidades de cortafuegos como servicio (FWaaS), tienes que poner la seguridad de tus datos en manos del azar.

No olvides que, si una brecha provoca problemas de cara al cliente, será tu marca la que deberá afrontar las consecuencias, no tus proveedores de nube.

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Mayores costes

Es una creencia muy extendida que el punto de venta general de la nube pública es más rentable: sin embargo, esto no es necesariamente cierto. En principio, una solución de nube pública puede ser, en efecto, muy rentable, pero estos costes pueden descontrolarse muy rápidamente.

Por una parte, la mayoría de los proveedores de nube cobran costes de salida más elevados por mover datos a través de la red pública de Internet que en una capa de red privada. Además, con una redundancia y una capacidad de recuperación de desastres muy pobre, los frecuentes tiempos de inactividad que experimentan los usuarios de la red pública pueden traducirse en unas pérdidas enormes:según Gartner, nada menos que 5600 dólares por minuto. Y esta cifra aumenta aún más si se tiene en cuenta el perjuicio en la productividad que se experimenta con los cuellos de botella en el tráfico y los tiempos de inactividad. Si escalamos esa cifra sobre una gran empresa a lo largo de varios meses, los costes son realmente desorbitados.

Si bien la nube pública funciona bien para el acceso instantáneo sin costes de capital iniciales, las empresas deben plantearse si no sería una opción más rentable implementar su propio equipo y buscar soluciones alternativas basadas en la nube.

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Bajo rendimiento

¿Recuerdas la última vez que se cayó Facebook y no podías actualizar tu newsfeed? Fue molesto, ¿verdad? Cada vez que un sitio web popular como Facebook o Netflix experimenta problemas con el servidor, el revuelo puede llegar a ser abrumador… y la reputación de estos proveedores queda en entredicho. Contar con una red de nube con un buen rendimiento es clave para evitar estos desastres para tu negocio y tus clientes, algo que la red pública de Internet no puede garantizar.

Mantener una red de nube pública supone una gran dependencia de tu servicio de Internet para manejar la carga de trabajo, pero la verdad es que las conexiones de la red pública de Internet no ofrecen la misma fiabilidad que las conexiones privadas. Con un enorme número de usuarios compartiendo rutas públicas, los períodos con picos de demanda hacen que los usuarios se peleen por el ancho de banda, lo que ralentiza la latencia y prácticamente detiene las operaciones. Y cuando se producen incidencias de redundancia, lo cual ocurre con mayor frecuencia de lo que se podría pensar, las operaciones se detienen completamente y de forma indefinida. Con lo imprevisible que es Internet, estas incidencias se pueden producir cuando menos se esperan.

Cuando tu empresa está ejecutando aplicaciones críticas en la nube y tu conexión sufre, cada segundo cuenta. Esto no solo puede costar enormes sumas de dinero a tu negocio, sino que también provoca pérdidas de productividad, además de un daño a largo plazo para la reputación de tu empresa. En general, la flexibilidad y el control son esenciales para garantizar el acceso fiable y consistente a los servicios, tanto de tu equipo como de tus usuarios finales.

Cuándo usar la red pública de Internet

La red pública de Internet, a pesar de todo, puede ser deseable y adecuada en algunos casos. Por ejemplo, cuando se usa formando parte de una red de área amplia definida por software (SD-WAN) para conectividad perimetral, agregando conexiones a Internet en ubicaciones perimetrales distribuidas a una arquitectura segura de extremo a extremo. Internet también puede proporcionar una solución asequible y sencilla para negocios que llevan a cabo actividades de bajo riesgo, como enviar correos electrónicos u otras operaciones que no ponen en riesgo datos críticos o confidenciales.

La red pública de Internet también puede ser una herramienta adecuada para migrar pequeñas cargas de trabajo puntuales en regiones individuales entre nubes, aunque se recomienda utilizar una VPN como búfer de seguridad. Así pues, aunque no se recomienda usar la red pública de Internet sola, cuando se usa junto con una solución privada (o cuando se usa la nube pública en combinación con una nube privada para obtener lo mejor de las dos soluciones), sigue siendo una buena opción para las empresas que buscan realizar funciones de red básicas de manera rápida y sencilla, o bien sentar las bases para una configuración más sofisticada.

Cómo pasarse a una solución privada

A estas alturas, puede que hayas llegado a la conclusión de que las amenazas que supone utilizar una red de nube pública para tu negocio son mayores que las ventajas. Así pues, ¿cuál es la mejor alternativa?

En nuestro blog hemos publicado muchos posts sobre métodos de conectividad privada, desde las diferentes maneras de construir una red privada hasta las diferentes soluciones de conectividad privada que ofrecen los grandes proveedores de servicios en la nube (CSP). Sin embargo, la solución capaz de apuntalar prácticamente cualquier configuración privada (y también la más sencilla para empezar) es la red como servicio (NaaS).

La NaaS es una capa de red de nube privada que permite a los usuarios operar una red sin necesidad de poseer, construir ni mantener infraestructura alguna, y sin utilizar la red pública de Internet. Básicamente, las empresas “alquilan” una ruta de red privada hacia (y, en algunas ocasiones, entre) proveedores de nube desde un proveedor independiente de otros proveedores, lo que elimina el obstáculo de tener que crear una infraestructura de red desde el principio. En lugar de eso, puedes concentrarte en conseguir resultados empresariales y aumentar los ingresos, dejando a los profesionales de red con experiencia la labor de proporcionar recursos, servicios de seguridad, dispositivos, productos y mucho más.

En la estructura de NaaS (que explicamos con más detalle en nuestro blog), los proveedores se ocupan de todas las funciones de red, lo que permite a las empresas configurar sus propias redes sin hardware: lo único que necesitan es conectividad a Internet para integrarse en el tejido de la NaaS. De este modo no solo se eliminan los costes de hardware, sino que se proporciona a los usuarios la flexibilidad necesaria para escalar hacia arriba o hacia abajo en función de los cambios en la demanda, además de facilitarse la rápida implementación de servicios.

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NaaS frente a nube pública

Piensa en un método de conectividad pública sin soporte: por ejemplo, una carretera pública. Ahí no tienes ninguna protección ni privacidad, de modo que puedes sufrir incidentes en la carretera. Compartes la carretera con otros muchos coches, de manera que en las horas punta se producen con frecuencia fluctuaciones en el tráfico o retrasos. Además, pagas un peaje fijo por utilizar la carretera, sin que puedas cambiarlo ni personalizarlo.

Ahora, piensa en la NaaS como una carretera privada, construida solo para ti. Ningún otro coche puede compartir la carretera contigo, por lo que no hay incidentes causados por otras personas; en definitiva, conduces de forma protegida y segura. Tampoco sufres retrasos por atascos, lo que significa que la fiabilidad y el rendimiento son excelentes. Además, puedes cambiar el tamaño de la carretera en función de cuántos coches quieres enviar a circular por ella, lo que garantiza la escalabilidad. Y si quieres ampliar tu red o conectar diferentes carreteras entre sí, puedes construir más carreteras a la carta, lo que te ofrece la flexibilidad necesaria para crecer fácilmente a lo largo del tiempo a medida que las prioridades y necesidades de tu negocio cambian.

Con esta analogía es fácil ver por qué la NaaS es una magnífica opción para los negocios, y no solo porque es fácil de usar, sino también por sus beneficios para la seguridad, su fiabilidad, y el hecho de que es altamente escalable.

El veredicto

En general, la opción de nube óptima para tu empresa depende en gran medida de las necesidades de tu negocio. Tanto si tienes una startup en una sola oficina con cinco empleados como si operas a nivel internacional con un equipo de 500 trabajadores, factores como la seguridad, el rendimiento, la facilidad de uso, el coste y la escalabilidad se deben tener en cuenta a la hora de determinar qué es lo que mejor encaja con tu negocio.

Bien con una configuración de red pública de Internet utilizada en combinación con una capa de conectividad privada para aumentar la seguridad, o bien con un método de conectividad puramente privada como NaaS, contar con una conexión a Internet segura es clave para garantizar que tu negocio se mantenga a flote y no caiga víctima de la ciberdelincuencia o los daños a la reputación.

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